En el negocio de las redes del mercadeo es fundamental que te conviertas en un referente de resultados exitosos. Recuerda que el liderazgo hace la diferencia.
Así que empezaremos rompiendo ciertos paradigmas: Seguramente habrá quien te diga que para empezar a duplicarte se requiere de una dominación del plan de negocios de la empresa, conocer a detalle los beneficios y especificaciones de los productos, entre muchas otras cosas.
Nada tan alejado de la realidad que se vive a diario en la calle; pero te aseguro que incluso los líderes de mayor experiencia de la empresa de la cual formas parte no dominan con profundidad estos temas.
Antes que todo esto hay algo más importante: establecer metas, porque si sabes adónde vas, es mucho más probable que llegues; esas metas a corto, mediano y largo plazo, y la correcta utilización de las herramientas con las que cuentas para lograr esos objetivos son primordiales en tu éxito y el de tus equipos.
Generar una sensación de logro en las personas que se inician en el mundo del mercadeo e impulsarlas para que logren sus metas es una actividad prioritaria para quienes ya hemos experimentado el éxito. Nunca olvides que siempre hay alguien que necesita de un líder paciente para salir adelante.
Una vez que has establecido adónde quieres llegar, y qué quieres lograr personal y grupalmente, será vital que sigas un plan de acción; que reconozcas las fortalezas y debilidades que hay en ti y tu equipo; y que sigas una agenda puntual, un plan de acción contundente y un sistema de medición de logros exhaustivo.
Cuando empecé en este negocio, invité y le presenté, personalmente, a más de 100 personas y el 100% me dijo que no. En ese momento no entendía el concepto de prospección, y tampoco, que a pesar de que ellos eran mi círculo cálido, no tenían en mí una buena referencia respecto al negocio y mucho menos del modelo de Network Marketing.
Cuando entendí que acompañándome de una tercera persona, de su experiencia, y de su apalancamiento tenía mejores resultados, me hice la costumbre de siempre hacerlo, incluso ahora, después de tantos años.
Un líder reconoce no sólo las áreas de oportunidad de crecimiento, sino también esos espacios para mejorar y corregir los errores, un líder siempre está atento a los triunfos y listo para enfrentar adversidades.
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