duplica

En el negocio de las redes del mercadeo es fundamental que te conviertas en un referente de resultados exitosos, y aplicando el siguiente sistema sin duda alguna lo lograrás. Duplica. Hazlo bien primero, enseguida enseña y al final enseña a enseñar, para que seas la gota de alto impacto que se expande sobre el agua.

En este capítulo, el séptimo y último de El Hilo Negro del Multinivel, entenderás cuándo estás en condiciones para duplicar tu negocio. 

Así que empezaremos rompiendo ciertos paradigmas: Seguramente habrá quien te diga que para empezar a duplicarte se requiere de una dominación del plan de negocios de la empresa, conocer a detalle los beneficios y especificaciones de los productos, etcétera. 

Nada tan alejado de la realidad que se vive a diario en la calle; pero te aseguro que incluso los líderes de mayor experiencia de la empresa de la cual formas parte no dominan con profundidad estos temas. 

Sería como asegurar que el enfoque es la capacitación y memorización de conceptos, y no la generación de ingresos. Si dominas lo más básico de los conceptos anteriores y con ello empiezas a generar dinero, y además puedes hacer que otras personas hagan lo mismo, tienes las bases mínimas de la duplicación de tu conocimiento, y con ello del crecimiento de tu red y ganancias. 

Te presentaré dos conceptos básicos, que en mi experiencia, detonan la duplicación: el primero, planear y organizar; y el segundo, cómo trabajar en campo. 

Si ya duplicas junto con tu equipo, el siguiente paso es la expansión. Recuerda que te comenté en capítulos anteriores que la trascendencia de un líder se parece a una gran gota que cae sobre el agua. Cuando logras este impacto en la mayor profundidad de tu organización, indica que tu liderazgo está madurando con solidez y que tu perfil empresarial es el adecuado para planear metas más retadoras. 

Ahora sí, estás en condiciones para expandir tu presencia y la de tus principales líderes. Aprende cómo hacer esto en el capítulo 7 de El Hilo Negro del Multinivel, Duplica.

Recuerda: ¡Nacho sí te dice cómo!